Puntos clave:
Muchos jóvenes latinos viven con condiciones de salud mental, pero el estigma y la falta de acceso a servicios de cuidado pueden impedir que obtengan ayuda.
Algunos padres latinos piensan que hablar sobre el suicidio puede llevar a su hijo a quitarse la vida. Pero hablar sobre el suicidio puede ayudar a prevenirlo.
Hay formas de ayudar a que su hijo adolescente se abra y le hable sobre sus luchas internas. Puede compartir cuentos y dichos, tener conversaciones abiertas y sin prejuicios, y simplemente preguntar: "¿Estás bien?".
¿Su adolescente o preadolescente parece deprimido, estresado o de mal humor? Si es así, no está solo. Muchos niños latinos experimentan depresión, ansiedad y pensamientos suicidas. Pero el estigma y el acceso limitado a los recursos y servicios de cuidado de salud impiden que muchos jóvenes latinos se abran y hablen sobre su salud mental.
Como padre o acudiente, usted puede hacer algo al respecto. Existen estrategias basadas en evidencia científica para hablar sobre problemas de salud mental con su hijo adolescente.
Los padres pueden empezar a hablar sobre temas complejos de salud mental, como el tema del suicidio, cuando sus hijos tengan 10 años, según recomienda Adriana Alejandre, una terapeuta familiar y de pareja.
“Creo que es necesario sacar a relucir las conversaciones sobre salud mental para normalizarlas porque los niños en edad de primaria pueden experimentar pensamientos suicidas y no entenderlos”, dice Alejandre, quien fundó Latinx Therapy, un directorio de terapeutas latinos de salud mental.
“El suicidio también es un tema que surge mucho en la escuela secundaria y los padres no son conscientes de ello”, añade Alejandre. De hecho, la muerte por suicidio es la segunda causa de muerte entre los menores de 10 a 14 años.
Si tiene varios hijos, puede iniciar la conversación sobre el tema con uno y luego integrar a los demás a medida que pasa el tiempo. Alejandre también sugiere tener conversaciones sobre las noticias y las redes sociales.
"Hoy en día, el suicidio puede surgir en cualquier lugar", dice. "Los padres deben estar atentos cuando sucede algo y aparece en las noticias para poder orientarlos hacia los recursos adecuados".
Hay mucho tabú y secretismo en torno a los problemas de salud mental en la cultura hispana. Por ejemplo, muchos padres latinos creen que si hablan sobre el suicidio con sus hijos adolescentes, estos tendrán más probabilidades de autolesionarse. Pero es todo lo contrario.
Hablar sobre el suicidio y los problemas de salud mental puede salvar vidas. Veamos siete formas de hablar con su adolescente sobre la salud mental.
Contar historias, o compartir cuentos y dichos, es una poderosa tradición en la cultura hispana. Las historias pueden impartir sabiduría, orientación y comprensión. Y pueden ayudar a su adolescente a sentirse conectado, validado y empoderado.
A continuación, se muestran algunas formas en las que puede utilizar la narración para iniciar conversaciones y debates sobre la salud mental:
Cuente acerca de un momento en el que usted o un antepasado superaron una dificultad u obstáculo.
Hable sobre sus propias luchas con problemas como el estrés o la depresión.
Comparta el folclor para construir la identidad y el patrimonio cultural de su hijo.
Pida a otros miembros de la familia, como los abuelos, que compartan experiencias de la infancia.
Use consejos para transmitir empatía y compasión mientras inspira a su adolescente.
Lean juntos libros que hablen sobre el suicidio u otras dificultades y animen a los niños a hacer preguntas.
“Permita que su familia tenga espacio para hablar sobre las dificultades y los pensamientos difíciles en un esfuerzo por normalizar las conversaciones sobre salud mental o sobre el suicidio en su hogar”, dice Alejandre. "Es importante que esas reuniones sean flexibles y sin prejuicios y no forzadas".
Alejandre dice que está bien no tener todas las respuestas a las preguntas de su hijo adolescente. Comprométase a encontrar las respuestas y a volver a ellas.
Una fotonovela es un folleto con imágenes vívidas que presentan modelos latinos, texto simple y una historia dramática. Es como una telenovela, pero en formato impreso. A continuación se muestran algunos ejemplos:
“Salir adelante” sigue a un personaje que se avergüenza de recibir ayuda para sus problemas de salud mental.
“Una familia feliz y saludable comienza aquí” presenta personajes ilustrados. Hay tres versiones y cada una cuenta una historia diferente, pero todas se centran en hablar sobre sentimientos y obtener ayuda.
“La ansiedad de Jennifer en el colegio” sigue a una joven con ansiedad por la escuela.
Los fuertes lazos familiares son una parte integral de las comunidades latinas. Las conexiones van más allá del núcleo familiar e incluyen a tías, tíos, primos y abuelos.
Si su hijo adolescente no se siente cómodo para hablar con usted, pídale a un familiar de confianza que pase tiempo con su hijo. Es posible que su hijo adolescente sea más abierto con esa persona sobre ciertos temas que con usted.
Una herramienta de detección puede ayudarles a usted y a su hijo a tener una idea de si pueden tener un trastorno de salud mental. Las herramientas de detección de Mental Health America pueden evaluar la depresión o la ansiedad de su hijo adolescente.
Pero tenga en cuenta que estas herramientas de detección en el hogar no reemplazan la orientación de un profesional de la salud mental. Un médico o terapeuta puede realizar una evaluación completa y guiar el tratamiento.
¿Estás bien? es una pregunta sencilla, pero puede dar paso a una conversación más profunda. También puede hacer otras preguntas abiertas como: “¿Cómo te hizo sentir obtener una mala calificación?” o "¿Cómo te va con la ruptura?".
Asegúrese de escuchar atentamente y validar sus sentimientos. Evite juzgar lo que digan y reaccionar con afirmaciones como: "Esa es una idea loca" o "Deberías haberlo sabido" o “¿Cómo se te ocurre?”. En su lugar, haga declaraciones empáticas, como: "Me parece que te sientes atrapado" o "Me parece que estás sufriendo". Declaraciones como estas pueden hacer que su hijo adolescente se abra más.
Muchos temas de salud mental pueden activar las propias emociones de los padres o cuidadores, dice Alejandre. Su respuesta emocional puede, a su vez, alterar o desanimar a su hijo adolescente.
“Es importante aprender a corregular para que nuestros desencadenantes no interfieran con nuestras conversaciones y causen ansiedad en nuestros hijos”, dice Alejandre.
Para ayudar a manejar las emociones, Alejandre recomienda:
Hacer ejercicios de respiración para calmar la mente y el cuerpo.
Practicar solo frente a un espejo y notar qué partes de tu cuerpo reaccionan para poder manejarlas.
Participar en una conversación con otro adulto antes de tener la conversación con su hijo adolescente.
Algunos estudios sugieren que los pensamientos y comportamientos suicidas entre los jóvenes latinos, especialmente las adolescentes, están aumentando. Las razones de esto no están del todo claras. Es probable que los determinantes sociales desempeñen un papel, como la estabilidad económica, la discriminación y el acceso a la atención médica.
Por ejemplo, los hispanos y latinos que viven por debajo del nivel de pobreza tienen el doble de probabilidades de experimentar angustia psicológica en comparación con aquellos de hogares cuyos ingresos están dos niveles por encima del umbral de pobreza. Y los hispanos y latinos tienen la mitad de probabilidades de recibir tratamiento de salud mental en comparación con los blancos no hispanos. Parte de esto se debe a la limitada cobertura de seguro y a la dificultad de encontrar un terapeuta que pueda identificarse con su origen cultural.
Alejandre añade que el estigma sobre la terapia y la salud mental también influye.
"Esto se ve culturalmente impactado por el 'machismo' y el 'marianismo'", dice. "Hay tantas ideas sobre cómo deberían comportarse y pensar los hombres y las mujeres, y eso no permite que nuestros adolescentes se desarrollen en un ambiente libre, liberado y emocionalmente seguro".
Los problemas de salud mental también pueden avergonzar a las familias debido a la falta de educación sobre salud mental. “Las familias pueden preguntar ‘¿Qué dirán?'”, dice Alejandre. "Es un elemento cultural que impide que muchas familias busquen ayuda, perjudicando así a nuestros niños y adolescentes".
Los adolescentes que piensan en el suicidio suelen mostrar cambios en su comportamiento. Estos cambios pueden ser diferentes para distintas personas.
Hay algunas señales que sugieren que es hora de buscar ayuda:
Su hijo tiene ansiedad.
Parece triste y desesperado.
Se aparta de amigos y familiares.
Habla de la muerte (declaraciones como “Nadie me extrañaría si me pasara algo” o “Espero no despertarme por la mañana”).
Es acosado en la escuela o en Internet y redes sociales.
Abusa de drogas y alcohol.
Experimenta cambios de humor.
Regala artículos que tienen un significado sentimental.
Dice adiós de una manera que parece permanente.
Investiga formas de acabar con su vida
Tome medidas de inmediato si nota alguno de estos comportamientos. Empiece por hablar con su hijo y expresarle su preocupación. Si comparte sus sentimientos con usted, tómelo en serio y responda con empatía. Si su hijo no se abre, pídale que hable con otra persona, como un amigo de confianza, un maestro o un profesional de la salud.
Si conoce a un adolescente que está experimentando problemas de salud mental o pensamientos suicidas, puede conseguirle ayuda. Hay muchos recursos y programas con sensibilidad cultural para apoyar a estos niños.
Un buen lugar para comenzar es Línea 988 de Prevención del Suicidio y Crisis. Este servicio gratuito es confidencial, está disponible en inglés y español, y está abierto las 24 horas, los 7 días de la semana. Llame o envíe un mensaje de texto al 988 y presione 2 para español, o envíe un mensaje de texto con la palabra “ayuda” para iniciar un chat.
Aquí hay algunos otros recursos de salud mental para adolescentes latinos y sus familias (algunos de estos recursos están en inglés):
Muchos jóvenes latinos viven con problemas de salud mental, como la depresión, ansiedad y pensamientos suicidas. Como padre, hay cosas que puede hacer para reducir el riesgo. Empiece por tener conversaciones abiertas y sin prejuicios sobre la salud mental. Si su hijo no se siente cómodo hablando con usted, pídale a un miembro de la familia, como un primo, una tía o un tío, a que hable con su hijo adolescente
Hable y converse con su hijo adolescente con regularidad, hágale preguntas abiertas y recuerde expresar empatía. Será más probable que su joven hable sobre sus luchas si se siente seguro y apoyado.
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